Miguel Lopes Entrenador y Tutor de Periodización Táctica y actualmente entrenador jefe de las categorías inferiores del FC Porto.
PT: El profesor Vitor Frade siempre habla de este binomio, el colectivo y el individual. Miguel, ¿puedes hablar un poco sobre la duda más común acerca de cómo conseguir la máxima exposición o recuperación en estos ejercicios complementarios?
Miguel: Bueno, yo creo que eso tiene que ver con, primero, conocer lo que es también el cuerpo humano y la biomecánica del cuerpo humano. A veces yo, y te comentaba hace poco, voy a cursos de entrenadores donde hay preparadores físicos, gente que viene de la educación física, y tú les preguntas: “Mira, ¿cuándo aparece, por ejemplo, la máxima extensibilidad sobre los isquiotibiales o los posteriores de la pierna?” y la gente se queda sin saber qué responder.

Tienes que entender lo que es la posibilidad de máxima expresión, y el caso de los isquiotibiales es muy frecuente. De hecho, es muy interesante, porque uno de los fisiólogos más respetados aquí en Europa, que es Ekstrand, ha hecho un estudio que es muy interesante. Son 20 años, es un estudio longitudinal de 20 años en las ligas europeas, en el que él ha mapeado la cantidad de lesiones musculares en los isquiotibiales. Y en los últimos 20 años, a pesar de que nunca en otras dos décadas se había invertido tanto en gente, equipamientos, todo, todo, todo, en la inversión que se hace para minimizar las lesiones, y sobre todo las que dependen tanto de la calidad del entrenamiento, como son las lesiones musculares, el número de lesiones musculares en estas dos décadas, a pesar de todo lo que se ha invertido, ha aumentado al doble. Y claro, algunos argumentos siempre surgen de inmediato, como el número de partidos. Pero el número de partidos ha aumentado solo para algunos equipos. Por ejemplo, en Europa, los que juegan competiciones europeas sí que tienen más partidos, pero para el 90% de los equipos, 80% de los equipos, que prácticamente solo disputan competiciones domésticas, y luego las copas, la mayoría de los equipos juega uno o dos partidos por temporada en la copa de liga, o sea, no es que tres, cuatro partidos hagan una gran diferencia. Se analizó todos los equipos, no solo los que están en la élite, que sí han tenido más partidos. Pero, efectivamente, esto es algo que yo creo que debe hacer que la gente reflexione.
No podemos simplemente agarrarnos a uno o dos argumentos, ni siquiera con gran soporte factual, y ya descartar otros. No, esto es algo muy evidente y creo que debe hacer que la gente reflexione. Entonces, bueno, esto…
Esto tiene que ver con la relevancia de la fisiología integrativa. No se trata solo de entender cómo nuestros conjuntos de palancas mecánicas se relacionan o en qué condiciones aparecen. Obviamente, yo para… Mira, a nivel de la velocidad, yo creo que es más simple, ¿no?
¿Dónde aparece la máxima velocidad? Es cuando tienes que desplazarte lo más rápido posible y obviamente con poco estorbo. Te comentaba el ejemplo de Sergio Busquets, que se fue al córner y luego tuvo que correr 60 metros atrás a su máxima velocidad sin gran estorbo, porque obviamente si por el camino tiene que desviarse de alguien o dar un pase, va a frenar.
Entonces, mi máxima velocidad, la posibilidad de máxima expresión a nivel de velocidad surge cuando me desplazo por lo menos 30, 40 metros. Obviamente, si estás hablando de un sprinter mundial, a lo mejor un poco más, pero la mayoría de los futbolistas alcanzan su máxima velocidad entre 20 y 35 metros. Entonces, tienes que generar un contexto adecuado.
Te decía ese ejemplo que pasó en Vizela. Le metíamos un pase al espacio y él esos primeros 40 metros los tenía que hacer sin estorbo, lo más rápido posible, pero luego ya ajustar la frenada para coger el balón con precisión. Entonces, no puedes tener mucho estorbo entre medias. Y yo sé que si el punto donde va a coger el balón es a 35 metros, a los 25 ya va a estar frenando, porque ya está cambiando la zancada para el momento del contacto con el balón.
Esas cosas las tienes que tener en consideración y luego hay otras cosas que son importantes. Si es el primer día de la temporada, que los jugadores vienen de estar un mes o dos parados, puede que no estén todavía totalmente preparados para ello, porque es muy difícil, por ejemplo, alcanzar la máxima velocidad. Es muy difícil que el jugador, aunque haga algo en las vacaciones, o juegue al tenis o al pádel, genere situaciones de máxima velocidad. Entonces, es algo que yo a veces en la primera semana no hago, no permito la distancia suficiente para llegar a lo que creo que es cercano a su máximo.
A lo mejor usamos espacios más cortos, de 20 o 25 metros, como una semana de preparación para lo que viene luego. Y nunca lo hacemos de la misma manera, siempre con la máxima variedad posible. A veces lo hacemos dos veces a mitad de entrenamiento, dos veces al final, dos veces al inicio y nunca de la misma manera.
Es hacer la misma cosa, pero nunca de la misma manera. Porque también en ese registro de redundancia, ¿qué es la redundancia aquí? Que todas las semanas exista un momento de máxima velocidad.
Pero tiene que haber también un plan de variabilidad, que es nunca hacerlo de la misma manera, porque igual que en el partido, la máxima velocidad nunca ocurre dos veces en la misma circunstancia. Es en ello que la respuesta se vuelve más ajustada. Soy capaz de hacerlo tanto mejor cuanto más veces lo haga y a lo mejor nunca de la misma manera. Pero esto no tiene solo implicación a nivel de la repercusión mecánica de las fibras.
Esto también tiene implicación en la fisiología integrativa. Hay una autora que es Véronique Billat, que yo creo que es imposible no mencionar, porque ha dado un salto muy importante. La máxima eficiencia se obtiene en la relación entre mecanismos. Ella da esta analogía de nuestro cuerpo con un motor híbrido, en el que tenemos el metabolismo más potente, el de la fosfocreatina, que ofrece una gran cantidad de energía para las fibras rápidas en situaciones de máxima intensidad, pero con el otro lado de la mano, que es el hecho de que las reservas se agotan rápidamente. Pero tienes otro metabolismo, que es como el diésel, que produce mucha energía pero lleva más tiempo, aunque con reservas casi inagotables. La gran revolución en su concepción del entrenamiento es que, ¿por qué se pensaba en el fútbol?
En el fútbol ya se sabía que una gran capacidad de consumo de oxígeno, una gran capacidad aerobia, te permitía recuperar más rápidamente entre esfuerzos. Esto ya se sabía en el entrenamiento convencional, pero luego, ¿qué se hacía? Primero se desarrollaba la resistencia, lo aeróbico, y empezaba la temporada así, con carreras largas, distancias largas, periodos largos, y luego vendría la velocidad o la potencia. Pero la máxima eficiencia se obtiene en la relación de un mecanismo con el otro. Ese motor híbrido obtiene su máxima eficiencia de la relación entre los dos, y eso requiere que cuando entrenes, entrenes la relación entre los dos. Por ejemplo, el máximo consumo de oxígeno, él viene después de un gran esfuerzo, un esfuerzo de máxima intensidad. ¿Qué te pasa enseguida?
Si no te mueres, tu cuerpo sube su consumo de oxígeno. A nivel del consumo de oxígeno, cuando desaceleras, es cuando se dispara el consumo de oxígeno. Por eso ella incluso cambió los protocolos de test de VO2max. Ella dijo: “No, ¿qué se hacía convencionalmente en los test de VO2max? Era un test incremental, donde la inclinación cambiaba hacia cuesta arriba, y la velocidad en una cinta de correr se hacía cada vez más rápida”. Ella dice: “No, eso va a inhibir tu máximo consumo de oxígeno, porque la imposibilidad de desacelerar genera acidosis, y la fosfocreatina inhibe la oxidación. Entonces, su laboratorio concibió un protocolo en el que aceleración y desaceleración son clave. Es en los momentos de desaceleración donde se obtiene el máximo valor. Parece una paradoja, pero un mecanismo funciona en función del otro”. Por eso ella dice que no tiene sentido hacer este entrenamiento de forma aislada. La relación entre los dos mecanismos es esencial, y esto se entrena en permanente aceleración y desaceleración, que es lo que proporciona la máxima eficiencia. Este es el entrenamiento de miércoles, por ejemplo, y también el de viernes, aunque en circunstancias más controladas porque, después del entrenamiento de jueves y antes del partido del domingo, te interesa no crear circunstancias que generen un gran consumo de azúcares. Por eso acelera, desacelera, juega y para. Máxima extensibilidad y para y juega, garantizando esos intervalos y desaceleraciones para que el VO2max y la recuperación estén disponibles el jueves y el domingo.
PT: Profundizando un poco más en estas relaciones fisiológicas y sistémicas que se producen durante los días de recuperación, háblenos un poco de la recuperación en la periodización táctica después del partido, o cuando ya nos estamos acercando al siguiente partido.
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Palabras-clave: PERIODIZACIÓN TÁCTICA®; ENTRENAMIENTO; FISIOLOGÍA; MORFOCICLO PATRÓN.



